En el Hospital Infantil Familiar Stead de Iowa (EE.UU.), nació el bebé que obtuvo el récord Guinness en nacimiento prematuro.
El niño nació a las 21 semanas de gestación y 133 días antes de lo esperado. Al momento de su nacimiento, pesaba solo 283 gramos y tenía el tamaño de una barra de jabón.
“Estando en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales todo el tiempo que estuvo, pensarías que sería, ya sabes, más frágil y esas cosas. Y no lo es. Es un niño muy decidido y curioso, y todo el tiempo sonríe”, declaró Mollie Keen, su madre.

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A las 20 semanas de embarazo, las alarmas se encendieron, ya que Mollie presentaba dos centímetros de dilatación.
La pareja acudió al Hospital, donde se practican maniobras de salvación para bebés nacidos a las 21 semanas de gestación. Gracias a la intervención médica, Mollie logró retrasar el parto a las 21 semanas exactas, trayendo al niño al mundo.
A poco más de un año de su nacimiento, Nash aún necesita la asistencia de oxígeno para respirar, además de que solo puede alimentarse mediante un tubo. Adicionalmente, cuenta con un defecto cardíaco menor que los doctores confían en que podrá resolverse con el paso del tiempo.
Los doctores han remarcado que su progreso ha sido tan bueno como la ciencia médica puede esperar.