La situación en Bukavu, bajo el control del grupo terrorista M23, ha empeorado con el aumento de la violencia, ya que los grupos locales, ante la ausencia de policía, recurren a la justicia por mano propia.
En los últimos dos días, al menos 11 personas han muerto a causa de ataques de milicias, mientras la comunidad, harta de la impunidad, busca soluciones desesperadas.

La retirada del ejército y la falta de intervención policial han dejado a los residentes de Bukavu en una situación de vulnerabilidad extrema, sin el respaldo necesario para garantizar su seguridad. La región sigue siendo dominada por el M23, respaldado por Ruanda, que persiste en su control con la intención de establecer una administración propia.
Con la complicidad de fuerzas externas, la situación de los civiles se agrava, alimentando el temor de que la justicia callejera reemplace a una respuesta estatal legítima. La creciente inseguridad en la región refleja la inacción del gobierno y la perpetuación de intereses extranjeros a costa del sufrimiento de la población local.
Los habitantes de Bukavu se encuentran atrapados entre la represión del M23 y la falta de acción del gobierno, lo que agrava la crisis humanitaria en esta región del Congo.
