La Policía impuso un estricto toque de queda en todo Bangladesh y las fuerzas militares patrullaron partes de la capital, con el fin de sofocar nuevos actos de violencia luego de varios días de enfrentamientos por la asignación de puestos de trabajo en el Gobierno, que dejaron varios muertos y cientos de heridos.
Al menos 300 policías resultaron heridos en los enfrentamientos de con manifestantes en varios barrios de la capital, Dacca, declaró un portavoz policial. “Al menos 150 policías fueron hospitalizados. Otros 150 recibieron primeros auxilios”, declaró el portavoz de la Policía metropolitana de Dacca, Faruk Hossain.
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El toque de queda se produce tras el día más mortífero de las semanas de protestas, a pesar de la prohibición de concentraciones públicas.
Las protestas, que comenzaron hace semanas, representan el mayor desafío para la primera ministra, Sheikh Hasina, desde que ganó un cuarto mandato consecutivo tras las elecciones de enero, boicoteadas por los principales grupos de la oposición.