Una mujer decidió beberse una botella entera de coñac, tras ser informada que no la podía llevar en el avión que iba a abordar.
Jao, adquirió una botella de Remy Martin XO Excellence en un aeropuerto de los Estados Unidos y la colocó en su equipaje de mano antes de volar a China. Sin embargo, su travesía se complicó al llegar a Beijing, donde le informaron que excedía el límite de 100 mililitros de líquido permitido para el equipaje de mano.
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La mujer en vez de deshacerse de la botella que le costó 200 dólares, Jao optó por una solución peculiar: sentarse en una esquina, abrir la botella y beberla de un solo trago.
El acto de Jao no solo sorprendió por su audacia, sino también por su repercusión, ya que se embriagó al punto de incomodar a los demás pasajeros, provocando su desmayo y la intervención de la policía.
