Dos exmonjas denunciaron que el artista esloveno de mosaicos y sacerdote jesuita Marko Rupnik, de 69 años, las obligaba a mantener sexo con él en trío y a ver porno para “crecer espiritualmente“.
“Me llevaba a cines pornográficos para ayudarme a ‘crecer espiritualmente'”, apuntó a los periodistas Gloria Branciani, que fue miembro de esta comunidad hasta 1994.
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“Decía que no crecería espiritualmente si no satisfacía sus necesidades sexuales”, expresó. También relató que tuvo que practicar un trío con Rupnik y otra monja porque el clérigo dijo que “era como la Trinidad”, refiriéndose a la Santísima Trinidad, principio central del cristianismo.
Añadió que Rupnik “siempre fue protegido por todos, y todo aquello de lo que se le podía acusar era minimizado o negado”. Por eso pidió que se hagan públicos todos los detalles del escándalo y del encubrimiento de estos delitos.
