La guerra civil en Sudán ha dejado más de 20.000 muertos y 14 millones de desplazados, según la ONU, mientras investigaciones independientes estiman que la cifra real de fallecidos podría alcanzar los 150.000.
El conflicto se intensificó en 2023 tras la ruptura entre las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), y sigue cobrando miles de vidas en Darfur y otras regiones.
Recientemente, las RSF tomaron el control de El Fasher, donde el número de muertos superó los 2.000 y más de 393.000 personas abandonaron la ciudad. Grabaciones y análisis satelitales evidencian ejecuciones masivas, cuerpos tendidos junto a vehículos de las RSF y escenas de violencia extrema en lugares como el antiguo Hospital Infantil.
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La violencia sexual ha escalado drásticamente. Entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, los casos reportados aumentaron un 288 %, incluyendo secuestros y agresiones que dejan a las mujeres con traumas y estigmas, según la Misión de Investigación en Sudán y organizaciones locales de apoyo.
El éxodo masivo continúa, con miles de personas desplazadas hacia Tawila y otras zonas seguras. Los testimonios relatan asesinatos por motivos étnicos y políticos, así como ataques a quienes intentan escapar, lo que refleja la brutalidad sostenida que enfrenta la población civil en este conflicto.
