La planta subsidiaria de Elbit Systems en Bristol, considerada clave en la producción de drones militares para Israel, cerró definitivamente tras una prolongada campaña de protestas encabezada por el movimiento Acción Palestina.
Activistas habían ocupado el edificio, dañado su fachada y denunciado su papel en el suministro de armamento utilizado en Gaza.
El investigador Andrew Feinstein calificó el cierre como un hecho de gran trascendencia, al señalar que la industria militar israelí dependía en gran medida de esta instalación. Según documentos filtrados, Elbit Systems UK mantenía un contrato de arrendamiento hasta 2024, pero las pérdidas operativas de 6,16 millones de dólares en 2024 precipitaron el fin de sus operaciones.
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Durante la clausura, los medios constataron que el lugar estaba totalmente desierto. El Gobierno cerró el sitio después de años de presión social, con denuncias internacionales contra la exportación de armas y con procesos judiciales que intentaron criminalizar a los manifestantes por terrorismo, sin lograr probar esas acusaciones.
Organizaciones de derechos humanos recordaron que la producción de esta planta estaba vinculada al asedio israelí contra Gaza, que desde octubre de 2023 ha dejado más de 64.000 muertos y 162.000 heridos, la mayoría civiles, entre ellos miles de niños y familias desplazadas por los ataques aéreos y la expansión territorial israelí.
