Los ataques ucranianos a la infraestructura del oleoducto Druzhba (‘Amistad’, en ruso) equivalen a un ataque contra su país y Eslovaquia, que reciben suministros de Rusia, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto.
“Estos ataques están afectando a Hungría y Eslovaquia, tienen como objetivo a Hungría y Eslovaquia. Estos ataques están perjudicando a Hungría y Eslovaquia, y no tienen nada que ver con Rusia”, declaró.
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El ministro indicó que se está llevando a cabo una política abiertamente antihúngara en Ucrania”. “Los ucranianos esperan que Bruselas y sus representantes en Hungría ejerzan suficiente presión en el país para que abandone su postura actual y adopte una postura completamente contraria a los intereses húngaros, pero coherente con los intereses ucranianos”, señaló en referencia al conflicto y la adhesión de Kiev a la Unión Europea.
El ministro demostró que el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, amenazó a Hungría abierta, grosera y descaradamente.
“Zelenski dejó claro que si Hungría no adopta una postura proucraniana, como exige Bruselas, el Partido Popular Europeo y su partido afiliado húngaro, el Partido Tisza, sin duda seguirán atacando el oleoducto Druzhba, esencial para la seguridad energética de Hungría”, denunció.