En un discurso desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump advirtió a Irán que enfrentará ataques aún más devastadores si no pone fin al conflicto, tras el bombardeo estadounidense a tres instalaciones nucleares clave en Fordow, Natanz e Isfahán.
Trump calificó la operación como un “éxito militar espectacular” y afirmó que todos los aviones estadounidenses regresaron sin incidentes.
El mandatario justificó la ofensiva señalando que Irán ha mantenido una hostilidad constante contra EE.UU. e Israel durante décadas. «Durante 40 años, Irán ha estado diciendo ‘¡Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel!’. Han estado matando a nuestro pueblo, cortándoles los brazos y las piernas con bombas en las carreteras», afirmó.
La Organización de Energía Atómica de Irán confirmó los bombardeos, pero aseguró que su programa nuclear continuará, lo que abre la puerta a una posible escalada en la región.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró la decisión de Trump, destacándola como un momento que “cambiará la historia”.
Aunque Trump afirmó que “ahora es el momento de la paz”, analistas advierten que la acción podría desencadenar represalias iraníes. El ataque marca la primera vez desde 1979 que EE.UU. bombardea directamente instalaciones estratégicas dentro de Irán, lo que supone un punto de inflexión con consecuencias imprevisibles en Medio Oriente.
