La legislación italiana permite obtener la ciudadanía por varias vías porque reconoce el valor histórico y cultural de su diáspora, así como el principio del derecho de sangre que prioriza la transmisión de la nacionalidad por descendencia.
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Esto significa que muchas personas con antepasados italianos pueden solicitar la ciudadanía sin importar dónde hayan nacido, siempre que cumplan ciertos requisitos y puedan demostrar su vínculo familiar.
Recientemente, se conoció una nueva forma en la que muchos podrían acceder a la nacionalidad a través de un beneficio que les facilita el trámite.
Es importante tener en cuenta que la normativa italiana permite obtener la nacionalidad a través de apellidos y no establece un límite generacional para hacerlo.
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Por lo anterior, hasta los tataranietos de inmigrantes italianos del siglo XIX pueden reclamar su derecho.
Por ejemplo, podrán obtener la nacionalidad los que lleven esos apellidos, Abate, Abà, Abatino, Abatantuono, Abaterusso, Abaticola, Achilla, Achille, Achilleo, Achillini, Anes, Anesin, Anesini, Annes, Annesi.
