Una viuda pasó dos años viviendo en el cementerio donde descansan los restos de su esposo, para estar más cerca del que se convirtió en su compañero de vida.
La mujer equipó el lugar con todos los servicios básicos necesarios para vivir en este lugar.
Vecinos del cementerio Dos de Mayo, en la provincia de Misiones, escucharon ruidos y movimientos extraños en horas de la noche, decidieron llamar a la Policía y cuando se presentaron al cementerio encontraron a Adriana Villarreal viviendo en el mausoleo que le había construido a su esposo Sergio Raneé Yade.

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La mujer vivió en este lugar con todas las comunidades, ya que había instalado luz eléctrica con su propio medidor, una cocina a gas, televisión, equipo de audio, cama y computadora con internet.
La viuda en una entrevista explicó su decisión, asegurando que “cuando la persona fallece, no fallece el alma, sino solo el cuerpo físico”. Y añadió: “Siempre le prometí a mi esposo que nunca lo iba a dejar solo.”
Aseguró que durante los dos años que vivió en la tumba de su esposo, no lo vio como algo tenebroso, sino que como su hogar.
Dijo no temerle al cementerio ni a la oscuridad de la noche: “Hay que tener miedo a los vivos, no a los muertos”
Expresó que, viajaba desde Buenos Aires para visitar la tumba de su esposo, pero al no poder pagar un hotel, decidió construir su propia “casa” en el cementerio para estar junto a su amor eterno.