Hasta que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma su cargo, la Unión Europea podría abordar las sanciones antirrusas.
Esto luego de que el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, se negará en la cumbre de la Unión Europea celebrada en Bruselas a avanzar hacia una nueva extensión de las sanciones comunitarias contra Rusia.
Las cuales permanecen en vigor desde 2022 y requieren ser prolongadas cada semestre.
Esto según la información de medios que abordó a personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato.
Orban prefiere esperar hasta la investidura en EE.UU. del presidente electo Donald Trump, a quien considera su aliado político, antes de pronunciarse sobre la extensión semestral.
Con esta postura, el líder húngaro sorprendió a otros participantes de la reunión. Puesto que la extensión requiere el apoyo unánime de los 27 Estados miembros, la negativa de Budapest es suficiente para vetarla.
Días antes, Hungría no impidió la aprobación del 15.º paquete de sanciones de la Unión contra Rusia, que incluye medidas contra la ‘flota en la sombra’ que sirve para transportar el petróleo ruso y sus derivados por mar.
Parte de las restricciones engloba a varios “actores chinos que suministran componentes de drones y microelectrónica” al país vecino.
Los responsables comunitarios se muestran preocupados ante la posibilidad de un acuerdo entre Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, y ante la perspectiva de que Orban se asocie con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, que asumirá el poder el próximo 20 de enero