A un hombre en Irán que padecía de estreñimiento le removieron del recto una botella de agua. Por temor a la reacción de su esposa y la vergüenza, el paciente se resistió por al menos tres días a ir al hospital.
La mujer lo llevó finalmente a un centro médico preocupada por su falta de apetito, el dolor abdominal y la incapacidad de usar el sanitario.
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El sujeto, que no fue identificado en el escrito de Clinical Case Reports, tampoco reveló a los médicos lo que estaba ocurriendo hasta que un Tomografía computadorizada dejó al descubierto su secreto.
Los médicos tuvieron que intervenir quirúrgicamente al hombre para extraer el objeto
