El Departamento de Justicia Criminal de Texas en Estados Unidos, ha reanudado esta semana el transporte de reclusos con medidas de seguridad reforzadas tras la fuga de un reo que era trasladado en un autobús y que después mató a cuatro niños y a un adulto, a los que robó un vehículo para huir.
La fuga de Gonzalo Artemio López, se registró cuando era llevado a una cita médica, puso bajo la lupa los procedimientos de traslado de reos en Texas, por lo que se implementaron nuevas medidas.
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Desde ese incidente se requerirá que haya tres oficiales en los autobuses que transportan a reos, los vehículos contarán con nuevos equipos de vigilancia de vídeo y se mejorarán las capacidades médicas de las cárceles para reducir la necesidad de transporte fuera, entre otras medidas.
La investigación sobre las fallas que llevaron a la fuga de López aún continúa. No obstante, las autoridades creen que pudo liberarse de las ataduras de sus brazos, abrir la reja que lo separaba de la parte delantera del autobús, herir al conductor y hacer que el autobús se estrellara para luego huir.
Después de tres semanas de búsqueda López falleció en un enfrentamiento con agentes en la localidad texana de Jourdanton. Antes de su muerte, las autoridades habían informado del hallazgo de cinco cadáveres (un adulto y cuatro niños) en una casa ubicada dentro del área en la que se buscaba al recluso fugado, en la zona de Centerville. El sospechoso empleó el vehículo que se encontraba en la vivienda para continuar su huida.
El responsable del Departamento de Justicia Penal de Texas Jason Clark aseguró a los medios que las autoridades tienen evidencias de que López irrumpió en la vivienda y mató a las cinco personas.
Por su parte, el senador estatal John Whitmire dijo que una familia inocente «todavía podría estar viva» si se hubieran tenido mejores medidas de seguridad. «Es molesto que se necesite una tragedia para cambiar políticas que tenían muchos defectos».
